"Hoy vivimos una fase histórica donde la dimensión ética y política de la educación y sus argumentos, son problemáticos y muy descuidados. La idea de educar a todos los niños, incluidos los más pequeños, como experiencia compartida al interior de una sociedad democrática, y la idea de una escuela como parte integrante de esta sociedad democrática, y la idea de una escuela como parte integrante de esta sociedad-cuyos ciudadanos asumen la responsabilidad con todos sus niños-viene siendo sustituida por otra idea. La educación es considerada cada vez más un bien individual, y la metáfora de la escuela se viene transformando de foro y espacio público a empresa: una empresa que busca ser competitiva en el mercado para vender sus productos, en vez de educación y cuidado. Los padres se vuelven consumidores independientes y calculadores, y apoyan sus cálculos en conceptos de liderazgo gerencial como calidad, excelencia y resultados. La escuela es convertida en una tecnología de normalización.
En Reggio Emilia, la escuela es un espacio público y un lugar de práctica ética y política: un lugar de encuentro y conexión, de interacción y diálogo entre ciudadanos jóvenes y adultos, que conviven en el seno de una comunidad."
Introducción por Gunilla Dahlberg y Peter Moss.
"En Diálogo con Reggio Emilia" de Carla Rinaldi