9.1.11

La Filosofía Educativa de Reggio Emilia






El niño como protagonista (imagen del niño).  Los niños son fuertes, ricos, capaces e interesados por establecer relaciones. Todos los infantes tienen preparación, potencial, curiosidad e interés en construir su aprendizaje y negociar en su ambiente. Los niños, los profesores y los padres de familia son considerados  los tres protagonistas del proceso educativo (Gandini, 1993).
El niño como colaborador. La educación se enfoca en cada niño en relación con los otros, la familia, las maestras, y la comunidad, en lugar de enfocarse en el niño en solitario (Gandini, 1993). En esta filosofía se le da énfasis al trabajo en pequeños grupos. Esta práctica esta basada en el modelo socioconstructivista que apoya la idea de que nos formamos al interactuar con los iguales, los adultos, las cosas que nos rodean y los símbolos (Lewin, 1995).
El niño como comunicador. Este enfoque promueve el desarrollo intelectual de los alumos a través de una representación simbólica que incluye palabras, movimiento, pintura, dibujo, construcción, escultura juego con sombras, collage, juego dramático y música, los cuales llevan a los niños a niveles sorprendentes de comunicación, destrezas simbólicas y creatividad (Edwards, et al., 1993). Los niños tienen el derecho de usar muchos materiales para descubrir y comunicar lo que ellos saben, entienden, preguntan, sienten, imaginan y por lo que se asombran. De esta manera hacen visible su pensamiento a través de sus muchos lenguajes. La atelierista, una persona que estudió artes visuales, trabaja directamente con niños y profesores en cada escuela para lograr que los niños exploren distintos materiales y que utilicen un gran número de lenguajes para hacer visible su pensamiento.
El espacio como tercer maestro. El diseño y uso del espacio promueve relaciones, comunicaciones y encuentros (Gandini, 1993). Hay un orden y belleza implícito en el diseño y organizacón del espacio en una escuela y el equipo y materiales de este (Lewin, 1995). Cada esquina de cada espacio tiene su identidad y propósito, es rico en potencial para comprometer y comunicar, y es valorado por niños y adultos.
El docente como guía. Los profesores facilitan a los niños la exploración de temas, proyectos, eperiencias guiadas, descubrimiento divergente y aprendizaje. 


La documentación como comunicación. Se da un cuidado y atención a la presentación del pensamiento de los niños y los adultos que trabajan con ellos. Los comentarios de las maestras de los propósitos del estudio y del proceso de aprendizaje de los niños, las transcripciones del lenguaje verbal de los niños, fotos de las actividades y representaciones de sus pensamientos en muchos medios se organizan en paneles diseñados cuidadosamente o libros para presentar el proceso de aprendizaje en las escuelas. La documentación tiene muchos objetivos: hace a los padres conscientes de las experiencias de sus hijos; permite a los docentes entender mejor a los niños, evaluar su propio trabajo y compartir con colegas. La documentación evidencia que el trabajo de los niños es valioso. Además, crea un archivo archivo de la historia del colegio y el placer del proceso de aprendizaje (Gandini, 1993)
Los padres como aliados. La participación de las familias es vital y toma distintas formas. Los padres tienen un rol activo en las experiencias de aprendizaje de los niños y ayudan a asegurar el bienestar de los niños en la escuela. Las ideas y destrezas que los padres llevan al preescolar y que comparten con los docentes favorece el desarrollo de una nueva forma de enseñaza que enseña a los docentes a mirar la participación de la familia como la integración de distintas inteligencias (Spaggiari, 1993).

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